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C

uando unas huellas perrunas me llevaron hasta aquel campamento, pensaba encontrarme huesos roídos y restos de comida pasada, sin embargo, me topé con un festín, mis ojos no podían creer lo que veían, de hecho, fue tan de poco a poco que no me costó acostumbrarme demasiado al dulce sabor de la comida que estaba servida frente a mí, mis días de vagar por el bosque hambriento habían acabado. Pronto me hube llenado con todos los nutrientes necesarios para mi frágil cuerpo, me acostumbré a degustar majares que luego me fueron arrebatados cuando, una noche, siete días después desde que la luna iluminara las huellas que me hicieron toparme con él, el campamento desapareció ¿volvería a encontrar comida como aquella? Sólo el tiempo puede contestarme.

Gracias por los manjares. Fuisteis unos dulces increíbles en nuestro pequeño campamento.

 

Gracias, familia

ιℓυѕιóи

Entre mis dedos se desgarran girones del pasado convertidos en triste y enmohecido papel envuelto en la funda de la tecnología llamada Compac-Disc.

¿Y esa mirada? ¿Y esa sonrisa?

¿Por qué he llegado a olvidar mi propia sonrisa?

¿Y aquellos recuerdos?

Ahora me escuecen un poco los recuerdos, el alcohol que cura esta herida se llama “Nostalgia”. Esos momentos, esa gente, esas risas, esas miradas, confidencias, escondidos, nadando a la luz de la luna, el primer amor, la responsabilidad… mis campamentos.

¿Y ese Cristo? ¿El de la siguiente foto somos nosotros? Madre mía, mira que caras, que inocentes sin saber lo que ocurriría, ese abrazo… con el tiempo se rompería y ahora… no sé nada de ustedes, así son las cosas, la gente pasa de largo por tu vida, viene y desaparece, permanece un tiempo, te bendice con su presencia y después no hay más abrazos como esos.

Mira mis rizos, y la arena del mar enredada en ellos mientras son movidos por la brisa.

Sin saber todo lo que ocurriría en estos ¿6 años? Toda una vida han sido para mí, aunque 8 no están nada mal.

Sentimientos tímidos, pensábamos que todo era el fin del mundo. La visión de nuestro universo ya no es la misma, antes había ilusión y ahora ¿dónde demonios ha quedado la ilusión por vivir y por hacer cosas? Por estar con la gente, compartir, amar, sentir, bailar borrachos bajo la lluvia, pisando un paraguas roto en mitad de la Cruz.

Besar tímidamente en un cine con miedo a no hacerlo bien.

Partir el corazón al desconcierto del “¿nos volveremos a ver el siguiente año?”

Ya todo acabó, me convierto en piedra (aunque el fuerte viento de los tiempos puede desgranarme convirtiéndome en arena…polvo). Cualquier separación se me hace indolora, supongo que la costumbre eliminó el dolor y la ilusión.

Quiero aquello, al menos, no quiero volver a olvidar lo que viví…

Guardaré de nuevo las fotos, esta vez en un DVD ¿Cuál será el próximo soporte?
Qué más da mientras los recuerdos sigan conmigo.

¿Qué dices tú?