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n la orilla de la rueda me encontraba sentado, observando a los niños jugar sin cesar, cuando de pronto, una explosión de colores voló frente a mi iris, al alejarse pude enfocar que se encontraba de algo maravilloso, unos colores que nunca antes había visto en una diminuta mariposa, que volaba posándose sobre las cabezas de los pequeños que me rodeaban, comprendí en ese momento, que esa diminuta mariposa era la “nota de color” de mi día.

Volvió junto a mí, volando divertida entorno a mi cabeza y pude contemplar con más detalle aún las motas de colores que adornaban sus lindas alas.

Puede que os parezca cotidiano, o simplemente, vulgar, pero hay que mirar más allá para contemplar los detalles que nos ofrecen.

A esa mariposa dedico esta galería que da nota de color, al menos a mi escritorio.

 

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